13.1.11

"Estaba sentado el otro día delante de mi ordenador cuando me acordé que tenía que llamar por teléfono a un compañero. Descolgué el auricular y marqué el número de memoria. Me contestó un tipo con muy mal humor diciendo:
_'¿Qué quiere?'
_ 'Soy Ignacio Martínez, ¿podría hablar con Roberto Espárrago?' dije amablemente.
_ 'Te has equivocado, gilipollas', me respondió y acto seguido colgó.
No daba crédito a lo que me estaba ocurriendo. Cogí mi agenda para buscar el número de mi compañero y comprobé que, efectivamente, me había equivocado. Pero como aún recordaba el número 'erróneo' que había marcado anteriormente, decidí volver a llamar a aquel tipo y cuando me cogió el teléfono no esperé a que contestase y le dije: 'Eres un hijoputa', y colgué rápidamente. Inmediatamente apunté aquel número en mi agenda junto a la palabra 'hijoputa'. Cada dos o tres semanas, cada vez que estaba cabreado porque me llegaba una letra inesperada, o un aviso de multa, o discutía con mi mujer, o alguna situación por el estilo volvía a llamarlo y sin dejarle contestar le decía:
_ 'Eres un hijoputa'.
Esto me servía de algún modo como terapia y me hacía sentirme mucho más relajado. Unos meses después, la maldita Telefónica introdujo el servicio de identificación de llamadas, lo cual me deprimió un poco porque tuve que dejar de llamar al 'hijoputa'. Pero de repente, un día se me ocurrió una idea: Marqué su número de teléfono y cuando escuché su voz le dije: 'Hola, le llamo del departamento de ventas de Telefónica para ver si conoce nuestro servicio de identificación de llamadas'. 'No' me dijo el tío grosero, y me colgó el teléfono. Rápidamente lo volví a llamar y le dije: 'Eres un hijoputa'.
Un mes después, estaba yo esperando con mi coche a que una anciana saliera de la plaza de aparcamiento del Hipercor. Esta lo hacía muy lentamente y cuando terminó la maniobra y me disponía yo a ocupar la plaza libre, apareció un Golf GTI negro a toda velocidad y se metió en el hueco que iba yo a ocupar. Comencé a tocar el claxon y a gritar:
_'¡Eh, oiga!, ¡que estaba yo esperando!, ¡no puede hacer eso!'.
El tipo del Golf se bajo, cerró el coche y se fue hacia el centro comercial ignorándome como si no me hubiera oído. Yo me quedé completamente frustrado y pensé: 'Este tío es un hijoputa. El mundo está lleno de ellos'. Justo en ese momento vi un letrero de 'SE VENDE' en el cristal de atrás del Golf. Lógicamente anoté el número y me fui a buscar otra plaza de aparcamiento. A los dos o tres días, vi en mi agenda el número del 'hijoputa' y me acordé que había anotado el número del tipo del Golf. Inmediatamente le llamé y le dije:
- 'Buenos días. ¿Es usted el dueño del Golf GTI negro que se vende?'
- 'Sí, yo mismo'
- '¿Podría decirme dónde puedo ver el coche?'
- 'Sí, por supuesto. Yo vivo en la calle de Don Ramón de la Cruz esquina con Montesa, es un bloque amarillo y el coche está aparcado justo enfrente de la casa'
- '¿Cómo se llama usted?'
- 'Enrique Juárez'
- '¿Qué hora sería la mejor para encontrarme con usted y discutir los detalles de la operación, Enrique?'.
- 'Pues yo suelo estar en casa por las noches'.
- '¿Puedo decirle algo, Enrique?'
- 'Si, claro'
- 'Enrique, eres un hijoputa de la hostia', y colgué el teléfono. Inmediatamente después de colgar anoté el número en mi agenda al lado del otro, pero en este puse el nombre de 'hijoputa II'. Ahora tenía dos 'hijoputas' para llamar y así estuve durante dos o tres meses, llamando ahora a uno, ahora a otro; hasta que comenzaba a aburrirme un poco. Me puse a pensar en serio sobre cómo resolver este problemilla y al cabo de un par de whiskys se me ocurrió algo. Primero llamé al 'hijoputa I':
- 'Dígame'
- 'Hola hijoputa' - pero esta vez no colgué.
- '¿Estas ahí todavía, verdad, cabrón?'
- 'Si, hijoputa'.
- 'Deja ya de llamarme o...'
- 'Noooooo'.
- 'Si supiera quién eres te rompía la boca', me dijo.
- 'Me llamo Enrique Juárez y si tienes cojones vienes a buscarme. Vivo en la calle Don Ramón de la Cruz esquina Montesa, en un bloque amarillo, justo en la puerta donde hay aparcado un Golf GTI negro, so hijoputa'
- '¡¡¡Ahora mismo voy para allá!!! Tú sí que eres un hijoputa y ya puedes ir rezando todo lo que sepas. Te voy a matar a hostias'
- '¿Sí?. ¡Qué miedo me das, hijoputa!' y colgué el teléfono. Inmediatamente llamé al hijoputa II:
- 'Dígame'
- 'Hola hijoputa' y no colgué.
- 'Como te pille algún día...'
- '¿Qué me vas a hacer, hijoputa?'
- 'Te voy a patear las tripas, pedazo de cabrón'
- '¿Sí?, pues a ver si es verdad, hijoputa. Ahora mismo voy hacia tu casa' y colgué. Por último, cogí el teléfono y llamé a la policía. Les dije que estaba en la calle Don Ramón de la Cruz esquina con Montesa y que iba a matar a mi novio homosexual en cuanto llegara a casa. Luego hice otra llamada rápida a 'Madrid directo' y les dije que iba a haber una pelea de pandillas en la calle Don Ramón de la Cruz esquina Montesa.Y entonces me monté en mi coche y me fui para allá a toda leche. Te juro que es una experiencia que nunca olvidaré. La mayor pelea que he visto en mi vida. Hasta los cámaras de Telemadrid se llevaron lo suyo.
En fin, después de esto espero que cuando te llame por teléfono me contestes en tono amable. Ya sabes, no es bueno que yo me irrite..."

Vía correo electrónico, que dice que es un Premio de novela corta. Mola.

9 comentarios:

Txomin Goitibera dijo...

Sí que mola, sí. La venganza como una de las bellas artes. Un plato que se come frío sólo apto para gourmets.

Muy bueno.

pdro dijo...

¿Qué tal Wordpress?

Txomingoitibera dijo...

Ahi andamos, despacito.

La primera versión del blog la tuve en Bologger, pero tenía muchos problemas a la hora de editar, tal vez por torpeza mía pero me costaba horrores subir imágenes, se me descomponía el texto; el espaciado, los márgenes... Así que me pasé a wordpress y la vadad es que lo encontré todo más fácil. Aunque también tiene sus inconvenientes y, de vez en cuando te alteran las herramientas del escritorio. El caso es que vamos tirando y aprovcharé el fin de semana para ver con detenimiento los enlaces que me has mandado.

http://txomingoitibera.blogspot.com/

El nombre vino a partir de una foto de la araña del Guggenheim con el Puente de La Salve detrás que era la caña, pero no era mía y estaba sujeta a derechos de autor:
http://farm1.static.flickr.com/185/482545283_da85b5fbc8.jpg?v=0

Salud.

pdro dijo...

Uy, habérmelo dicho. Tengo esa araña desde más de una perspectiva. Sólo tendría que buscarla en mis dos discos duros llenos de fotos. Pero la encontraría.

No como ésa, la verdad.

Pero tú dime y miraré a ver qué tengo por ahí que te pueda interesar para lo tuyo.

Pablito dijo...

Joder!Muy bueno.Esto no es muy descabellado tenerlo que llevar a la práctica en la vida cotidiana.Salu2.

Txomin Goitibera dijo...

Heey. Muchas gracias. Me quedo con el dato. La araña es fotogénica de cojones. Como sabes, el Puente de la Salve queda al Este de la araña, así que para conseguir una foto parecida, con ese contraluz, hay que levantarse a las seis de la mañana por lo menos.

Salud.

pdro dijo...

Madrugo todos los días, hasta los de guardar. Es un hábito adquirido desde muy peque. Sin problemas... cuando esté en Bilbao.

Pablo, ¿has leído tu correo? Me alegro que te guste. En lo de El Teleoperador, ahí al lado, en la columna de la derecha, hay un par de tres o cuatro, jejejejej, cosas sobre llamar a gente y tal. Míralo, es muy recomendable, desde mi punto de vista.

He puesto, lo habréis visto, lo de verificación de la palabra para poder comentar. Perdonad las molestias.

Pablito dijo...

He puesto todos los audios a la vez y creí que me explotaría el melón,aggg!Jejejeje.Un abrazo.

pdro dijo...

Mira en sus entradas antiguas, que hay más.

Otro para ti.