Por amor a las palabras hermosas, y en homenaje
a los míos y a mis compatriotas,
que desde siempre sobre el tempestuoso océano se
afanaron
en fijar una estrella para los navegantes allí donde
hasta entonces sólo reinaron guaridas de focas y
cormoranes,
yo, en el dintel de esta casa, inscribo
el nombre de una torre orgullosa.
R. L. Stevenson, Poesía.
9.4.06
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