Me preguntas en un comentario, después de forges -"jajajaja, qué bueno"-, si es que mis teclas las tengo con virus ya que me llevan, las jotas, encima, un punto. Acabo de consultarlo con mis más íntimos allegados y me aseguran que no debería tomarme a chanza tus desinteresadas cuitas ya que es más que probable en los tiempos que corren que tal suceso ocurra u ocurrencia suceda. Qué pasará, como, de facto, pasa, cuando comiencen a aparecer sobre las oes, ues, ies, ees y aes, no uno, sino hasta dos o ¡¡MÁS!!, incluso, puntos. ¡Sería la malaria general!. ¡El punto tutto revolutto!
He aquí el resultado de tu perspicacia:
_Vamos, vayan saliendo de una en una o de cinco en cinco. O esta redada se considerará un fracaso.
_ Ï Ï Ï Ï Ï...
_Ajajá. He aquí las corruptas sabandijas que se dedican a repartir, a qué precio, Dios mío, sus propios puntos sobre joticas descarriadas.
Debes sentirte satisfecho con el resultado de la operación, hemos pillado cinco camellos de los gordos. Eran de huesos forraos, como puedes comprobar tras la vivisección; ÿ, cómo no, todo a un precio especialmente ridículo.
_PD. Otra cosa: antes de presentarte a mi madre me gustaría poder recordar tu nombre. Yo, Fernando -por poco que así se me conozca, no tengo mote ni dote-, soy Pedro, para los amigos. No universitarios, claro.
20.4.06
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