10.4.06

Mala suerte

Esta mañana -10 de abril de 2006, hacia las 10 horas- caminaba por el interior de la estación de Atocha hacia la salida, cuando he visto como el integrante macho de una pareja del C.N.P. ha variado su rumbo dirigiéndolo hacia mí.

- "¿Tiene documentación?".

- "Naturalmente", he contestado mientras echaba mano de la cartera. "¿ Qué pasa? ¿Es que tengo cara de delincuente?", le espeto mientras, sonriente, le entrego el D.N.I.

Un civil que los acompaña me dice, en ese tono autoritario que los delata: "Ven aquí".

- ¿Cómo que 'Ven aquí'. Será "Venga aquí"...

-"Que vengas aquí", insiste con aspavientos, señalando con las manos el suelo junto a sus pies.

Me acerco hasta él al tiempo que el otro silabea mi nombre y apellidos, en voz alta y clara, con la boca pegada al transmisor del que dispone.

-"Que no me tutee, por favor".

Se calla.

Espero junto a esos dos hasta que el uniformado regresa con mi D.N.I., ofreciéndomelo. Adelanto mi mano para recuperarlo y lo deja caer al suelo.

-"Qué mala suerte", suelta la hembra mientras me dan la espalda y se alejan.

- "Sí, qué mala suerte", repito en voz alta, acuclillándome para recogerlo.

"Podría ser su padre", pienso con tristeza. Pero no. Ni mis hijas ni mi nieta podrían tener esos modales, ni esos caretos.

Me resulta asqueroso recordar ahora el reportaje que emitió la 4 hace un par de días sobre una ronda nocturna de la policía en Madrid y Sevilla. Llamaban "caballero" a un pobre yonki tirado en la calle mientras paternalmente le "aconsejaban" para que cambiase de vida.

Se me revuelven las tripas al pensar que estos son los representantes del Estado en la calle. Espero que algún día se avergüencen, si es que son capaces de recuperar tal capacidad.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

La escena da puro asco, cád. Lo siento, un abrazo bien fuerte.

pdro dijo...

Lo es. Muchas gracias.

Miranda dijo...

El ejercicio del poderío, que no del poder, es algo que a algunos les enferma hasta la locura.
Este tipo de actitudes son comunes en todas las policías del mundo. Es una utopía aquella de los polis ingleses sin armas que ayudaban a las viejecitas a cruzar la calle, es Tolkien.
Ese poderío que pueden ejercer les emborracha y luego ya no distinguen.
Pero está la sociedad llena de esas actitudes, cada villano en su rincón. ¿no has visto parejas, matrimonios que viven en la ira? Un hombre, generalmente suele ser un hombre incrustado en su ira machista impo/prepo-tente, en su rincón, con su ira, dominando todo con el miedo, miedo a que se despierte de la siesta, a que se enfade, a que grite y le escuchen todos los vecinos...ira y desprecio infinitos...
¿Y el jefe o el dueño del bar?
Es peor que una droga, porque lo generan dentro, es genético...y en cuanto tiene posibilidades de cultivo sale con toda su furia.

Esa espécimen de género femenino que podría ser tu hija ¿tratará a todos así? ¿recurrirá alguna vez a la justicia por violencia de género?...dan ganas a veces de ser el diablo cojuelo aquel, y levantar tejados y seguir la historia, de seguir a esa fiera y su ira.

No temo yo tanto a estos ejemplos de furia imbécil que nos ofrecen las policías generosamente, como al resto de las iras de los que se suben al machito en su casa, en la oficina, en la ventanilla. Pavor.

Genial esto de que hables con texto. Me gustan los cambios en general y en concreto este.

Beso.

M.

pdro dijo...

Machotes y machotas, para el caso es lo mismo. Como aquello estaba lleno de gente y yo ya no tengo antecedentes se las ingeniaron para, anyway, humillarme. Pero qué va, nadie puede quitarme el recurso del pataleo.

Eso me pasa por tener cara de indio.

Gracias, guapa.

Anónimo dijo...

Vaya, siento lo que te pasó...

No es consuelo, pero tengo muchos amigos y familiares en el CNP y te aseguro que tratarían con el mismo respeto al rey que a un mendigo.

Te tocaron los capullos de turno... que por desgracia hay muchos en ese cuerpo que cobija a otros tantos con complejo de inferioridad.

Besitos,