Me he pasado la tarde en Second Life, ya que no he podido acercarme a Sol, que era lo que me apetecía. No tengo cuerpo. La mani puede haber sido un follón, ya me enteraré, pero no creo que se acerque al de Second. Qué lío, válgame. Me he registrado y puesto un avatar -si no, de qué- en el que salgo en pelotas. Sólo que no me he puesto cara, para qué. Lo de en pelotas es un contar -ninguna-, para qué las querría. ¿Quieres creerte que me daba corte pasear entre los otros avatares, todo emperifollados? Es la leche, ya tengo que vestirme y desvestirme cada día como para que también tuviera que hacerlo allí. Pero, es que no había nadie más sin trajecitos, peinaditos, brillitos y demás zarandajillas. Qué cosa. Me he reído un rato largo, sobre todo cuando he atravesado la ventana de un edificio mientras volaba y me he quedado encerrado en una habitación con vistas de la que me he visto negro para salir. Por si te pasas, recuerda que hay teletransporte, que te deja en un pis pas en el quinto culo. Me ha gustado, tengo que investigar sobre las muchas posibilidades que ofrece.
Otro mundo es posible. Soy uno de los más de seis millones de residentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario