Poco a poco

La tarde transcurría plácidamente, para lo que importa, hasta que sonó el teléfono. Desde un par de días después de aquella llamada, qué coincidencia con mi última entrada, estoy sometido a lo que Orange califica como "Periodo de Arrepentimiento" por parte de Telefónica. La contratación de un servicio de ADSL más barato supone que te hagan padecer. A saber: el tajante corte sin preaviso de tu conexión a Internet, la visita de un lerdo-técnico que te enerve un poco con su, ignoro si fingida, ineptitud; te prometa reconexión en cuanto te llame al llegar a la central, pero que lo que haga sea cortarte la línea dos días con sus dos noches, y la sordomudez total tras el "aviso" de que aún estabas dentro del plazo que tienen para permitir que tu nueva operadora acceda a "su" línea y te provea del servicio que ibas a tener casi inmediatamente, "desde que te llegase el router".
Llegó hace tiempo, más de una semana. Ahí está, muerto de risa. Orange no te dice todo esto cuando te vende el oro del moro. Y ahora, que ellos no han sido. Claro que no han dejado de llamar ofreciendo, con desbordante simpatía, el mismo servicio que ahorita mismo estoy "disfrutando" gracias a sus convincentes mentiras: "como mucho cuatro días".

Hoy es 16 y he salido de la cama con la intención de retomar mi actividad de todos los viernes. Hasta que me he resituado; y frustrado, cómo no.

¿Sobre mí? Nunca he tenido espumosos ataques epilépticos, aunque todavía no he mirado mi correo de batalla. Tendré miles entre los que buscar antes de borrar todo ese spam que suele llegarme.

Actualizo. Sólo había 277.

Reactualizo, 1 de marzo, 288 más. Desde anoche -le habían dejado el paquete al vecino-, al fin, tras recular hasta Telefónica, 25 días después, vuelvo a tener conexión. Se pasa mal. Muy.
Pero qué bien me sientan tus palabras.