Revuelta

Demostrado: no se os puede dejar solos. Ha sido salir de Madrid -Salamanca, te contaré- y ya en el tren que me alejaba supe que ETA había abandonado su poco usual retiro "permanente". "Es su bisnes", suelo pensar. Y siempre hay sangre nueva más que dispuesta a demostrar su varonil -o no- arrojo. Hay etarras viejos y cansados con una tarea gorda por delante: desconvencer a sus kaxorros y kaxorras.
Aunque yo qué sé, ¿por qué no ponen sus bombas en otro sitio? Un desierto, por ejemplo. Demuestran su poderío, ooh, y dejan en paz a Madrid.
Minúsculo soy, vale, pero madrileño. Y duele un montón llevarse todas las hostias o ver cómo se las llevan los que tienes al lado. Sobre todo cuando eres hijo de víctima directa del terrorismo del 36.
Tenía que decirlo. Además de que retomo mi actividad bloguera y rebroto casi cada día como viene sucediendo desde hace poco más de un año.
La peli que sigue es de la mañana del 30 pasado. No sé por qué hice eso con la mano, todavía no sabía lo de Barajas. Eran las nueve.