29.9.07

Vieja moraleja

Ayer a mi perro se le escapó un aflautado cuesco. Como no le sonaba de nada, para todo hay una primera vez, se anduvo persiguiendo cual buitre carroñero. Empezó despacio, sorprendido, y fue aumentando su velocidad a medida que aquel culo aceleraba. Tuvo que desistir para comprobar lo fácil que hubiera sido culminar su empeño sólo con haberse echado. No, no tenía inquilinos en el culo.

Ignorar la procedencia de las ventosidades que expele el propio ano es tener memoria de perro chico.

2 comentarios:

marideliwes dijo...

Felicidades. Dos años no son ninguna chorrada.

pdro dijo...

Muy amable.

Beso