Hoy, y ayer, me he cruzado con el rodaje callejero de una serie de televisión. Eran, a bulto, unas veinte personas y un perro muy simpático que se hacía el muerto. Cómo me gusta toda esa parafernalia de camiones, cámaras, micrófonos, walkies y todo lo demás, y qué coraje me da devanarme tanto los sesos para que no me coman ni los pollos. Ay.
15.4.08
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