3.4.07

De cunda



No he podido resistirme a sacarle una foto, hoy, a la calle de la Cunda, como se le ha rebautizado a la de Alonso del Barco. Hay muchos otros sitios en Madrid, y en el resto de las ciudades del país, de los que parten a diario "expediciones" remuneradas al punto de venta de coca y caballo. Hoy -12,15h- había hasta un cámara en busca de muslines, además de cuatro maderos, cuatro. Aunque otras veces he visto más. No quedaba ni uno -drogatas-, se van mucho más temprano -cuando las lumis paran para pillar-, pero me ha venido a la cabeza casi inmediatamente aquella noche que, a plena luz, el Púas salió poniéndose ante la cámara de Esta noche cruzamos el Mississippi; mostrando sus brazos llenos de pupas, ronchas y carreras, al tiempo que se le descolgaba el labio inferior babalbuceando algo. Cuando volví a verle, éramos vecinos, le pregunté que cómo había permitido que le sacasen así, tan de marrón, y me contestó:
_Me compraron medio gramo.

_Ah, claro, díjele. Y no hablamos más del asunto.
Si se me nota el profundo -enfrente del kiosco de la ONCE que se ve en la foto la peña quedaba para quitarse el mono mediante infusiones de cabezones del Pardo. Se vendían frascos llenos de un líquido color orina diabética resultante de la cocción de corolas recolectadas de la adormidera que crecía salvaje, y casual, en la carretera del Pardo. Sólo hace 25 años.- asco que siento ante esta fácilmente soslayable situación es cause I just feel it. Todos sacan partido de la miseria ajena.
Hasta a mí me da para esta entrada. Seré cabrón...
Apostilla: en lenguaje taleguero cunda es traslado. Sobre todo si es a las tres de la madrugada y por sorpresa.

Y Delicias -12,30-, encendida. ¿Obras? Quizás. De obrar, 5.

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