Toda mi vida he sabido que lo mío era la edición. Cada vez me gusta más y me encantaría poder dedicarme laboralmente al asunto. Pero aunque no pudiese y tuviese que ganarme el pan -qué lejos suena- con otra actividad -no sé cuál- no dejaría de editar, mi cabeza monta todo lo que perciben mis ojos y oídos.
Lo anterior viene por el blog que estrenaré en 2oo8. Sólo me falta el nombre, los contenidos estarán dedicados exclusivamente a mis pelis.
Tengo el mejor maestro del mundo, Chaplin, del que aprender y la mejor razón para hacerlo, carezco de empleo -y ni visos de encontrarlo-, y a mí lo del canon digital sólo me sirve para necesitar aún más, que cabe, un trabajo remunerado. Mis ingresos son cero y menos, tengo 52 y una salud más o menos fatal. Y dependo de mí y otras yerbas.
No voy a ponerme a llorar, hay que ser mamón, a estas alturas. Pero me siento estafado por políticos, gestores y demás seres influyentes -no quiero personalizar, la lista sería como para ponerla por orden alfabético- que engordan su muy elástico abdomen con la sangre que me chupan.
Ah, va a ir a votar Rita y salga el Sol por Antequera. A ver cómo se lo agradece el gobierno a esos personajes que han hecho del parasitismo social la razón de su preciosa existencia.
¿Autores? Yo también defeco.
21.12.07
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